Ubicado en pleno corazón de Burgos, en un entorno privilegiado junto a la histórica Casa del Cordón, se construye Cobo Estratos, el nuevo restaurante del cocinero Miguel Cobo, que pretende ser una de las referencias gastronómicas en el norte de España. Simon ilumina un nuevo capítulo en esa trayectoria: un espacio en el que la luz se convierte en herramienta narrativa y sensorial, acompañando una propuesta culinaria que explora la evolución y la tradición desde la materia y la emoción.
El proyecto está firmado por el arquitecto Álvaro Moral García quien ha desarrollado una sólida trayectoria en MADE.V Arquitectos. Doctor arquitecto y profesor en la Universidad de Valladolid, Moral firma esta intervención junto a los estudios Jerez Piedra y Viviendas de Diseño. El restaurante articula dos propuestas culinarias complementarias, Cobo Tradición y Cobo Evolución, que conviven en un mismo espacio para ofrecer una experiencia sensorial completa vinculada a la alta cocina. La intervención transforma el local en un escenario emocional, donde iluminación y materialidad construyen un ambiente sereno, envolvente y cuidadosamente diseñado. El proyecto ha sido reconocido con importantes distinciones, entre ellas la selección en la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2018–2020, el Premio XII de Arquitectura de Castilla y León 2020–2021 y un Accésit en los Premios del Colegio de Arquitectos de Burgos 2019–2020.
Con una superficie construida de aproximadamente 1.500 m², el restaurante ocupa un local semienterrado en una de las antiguas plazas de mercado de la ciudad. El antiguo espacio se encontraba compartimentado y con escasos huecos de fachada, por lo que el proyecto se concibió como un vaciado estructural, abriendo la edificación a la luz natural. Esta estrategia revela la anatomía oculta del edificio y genera una secuencia de espacios asimétricos en cascada que descienden desde la fachada principal hasta el fondo del restaurante, creando una atmósfera de escala cambiante y luz controlada. La materialidad del proyecto juega un papel esencial en su identidad. Cal, madera y acero conforman la base de la propuesta, reinterpretados desde una mirada contemporánea, al igual que la cocina de Miguel Cobo reinterpreta la tradición desde la innovación. Estos materiales establecen un diálogo constante con la luz, que realza la textura, la calidez y la profundidad del espacio.
En este diálogo entre arquitectura y atmósfera, Simon participa en el diseño de la iluminación del restaurante en estrecha colaboración con el equipo proyectista. La propuesta integra sistemas como la serie Simon 810, que crea líneas de luz continuas y discretas; la gama Simon Arch, con luminarias empotrables de luz cálida y homogénea; y los proyectores Simon Point, que permiten generar acentos lumínicos precisos, aportando flexibilidad y destacando los detalles constructivos del espacio. Por otro lado, los downlights Simon 725 Comfort y Simon 735 garantizan un confort visual uniforme, especialmente en las zonas de cocina. Estas soluciones acompañan la luz natural y realzan la materialidad del espacio, reforzando su textura, calidez y equilibrio visual.
La iluminación no busca protagonismo, sino equilibrio: una luz que revela sin deslumbrar, que acompaña el gesto arquitectónico y la experiencia gastronómica. De día, los huecos abiertos permiten que la luz natural se derrame sobre los muros de cal y madera; de noche, la luz artificial toma el relevo, manteniendo una atmósfera cálida y contenida que resalta la estructura del lugar.
En línea con la filosofía de Simon, el proyecto de Cobo Estratos apuesta por la eficiencia energética, la sostenibilidad y el bienestar ambiental, integrando tecnología de bajo consumo y sistemas de control lumínico que optimizan la energía y prolongan la vida útil de las luminarias. La combinación de diseño, innovación y responsabilidad medioambiental refuerza el compromiso de la marca con la creación de espacios más humanos, confortables y sostenibles.
El resultado es una obra arquitectónica de equilibrio y emoción, donde la luz se convierte en el hilo conductor entre la creatividad culinaria, la materialidad del espacio y la experiencia del comensal.
Fotografía @Pegenaute