Para elegir la mejor opción entre un conductor rígido o flexible hay que tener en cuenta varios parámetros. El primero reside en las propias características físicas según la norma europea, por lo tanto vigente en España, UNE 60228 (antes UNE 21022). El segundo parámetro es la práctica diaria de instalación de cada tipología de cable. La tercera variable es la norma nacional REBT 2002 (Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión) y el cuarto elemento es la interpretación que cada Comunidad Autónoma realiza de dicho reglamento que hace que, en la práctica, los cables rígidos en las viviendas sean prácticamente inexistentes en algunas zonas. Una última consideración a tener en cuenta es la propia tendencia de fabricación de conductores en el mercado español. Profundicemos un poco en cada uno de estos aspectos.

- clase 2: conductor rígido de varios alambres cableados (símbolo –R). En España habitualmente se usa para secciones superiores a 4 mm2 de sección incluida.
- clase 5: conductor flexible de varios alambres finos
- no apto para usos móviles (símbolo –K)
- apto para usos móviles (símbolo –F)
La norma UNE EN 60228 determina el diámetro máximo de los alambres que forma la cuerda conductora en función de la sección. Por ejemplo, el diámetro máximo de los hilos de un conductor flexible de 2,5 mm² es 0,26 mm y el de la cuerda de 240 mm² flexible es de 0,51 mm. Con estas medidas físicas queda claro que un conductor será más flexible cuanto mayor número de hilos tenga ante igualdad de sección.
- clase 6: conductor extra-flexible para usos móviles (símbolo –H)
La práctica de la instalación en España afirma que, en general, los instaladores acostumbran a instalar sin demasiados problemas bajo tubo los circuitos de 1,5 mm² o 2,5 mm² con conductores aislados rígidos, muy frecuentes en el interior de las viviendas. En cambio, si se enfrentan a secciones superiores normalmente optan por instalar cableado flexible ante las dificultades que plantea su implementación.
No obstante, debe tenerse en cuenta que cada Comunidad Autónoma (su Consejería de Industria) interpreta a su manera el REBT y no hay un criterio unificado a la hora de validar legalmente las instalaciones. Eso hace que, aunque sea totalmente legal, en algunas regiones españolas las viviendas no cuenten prácticamente con cableado rígido excepto en las zonas de obligado cumplimiento según el Reglamento.
Hay que tener una cosa muy clara desde el principio. El REBT no impone en ningún momento la instalación de cables rígidos o flexibles, exceptuando los siguientes casos. Las centralizaciones de contadores han de ser obligatoriamente con cable rígido, de la misma manera que las redes de tierra (cobre desnudo) y en algunas instalaciones poco frecuentes como, por ejemplo, cables en ranuras o cables armados para montaje superficial en locales de pública concurrencia (ITC-BT 28).
El REBT también exige el empleo de terminales adecuados para todo tipo de conductores, rígidos o flexibles, de sección superior a 6 mm² (ITC-BT 19, apartado 2.11).
Además, las tablas de intensidades admisibles del REBT no distinguen entre conductores rígidos o flexibles. Por lo tanto, admite las mismas cargas de corriente a igualdad de sección y sistema de instalación para uno que para otro. Para calcular la caída de tensión de cada cable pasa exactamente lo mismo. No está afectado por la flexibilidad del conductor.
Igualmente, cabe destacar que ambas tipologías de cables tienen las mismas tensiones máximas de tracción durante el tendido y los mismos radios mínimos de curvatura a igualdad de sección.
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