En el mundo eléctrico, las amenazas más peligrosas no siempre se ven. Las fugas en baja tensión operan en silencio, afectando la eficiencia, la seguridad y la vida útil de los equipos. Con herramientas como el multímetro de pinza DCM340 y la pinza de corriente MCC1010, detectar lo invisible ya no es un reto, sino una ventaja estratégica. Anticiparse a los fallos nunca fue tan fácil.

En el mundo eléctrico, no todo lo que amenaza a una instalación se ve a simple vista.
Las fugas en baja tensión esas corrientes residuales que se escapan de los conductores principales actúan de forma silenciosa pero con un impacto significativo: reducen la eficiencia energética, acortan la vida útil de equipos sensibles y, en el peor de los casos, pueden suponer un riesgo para la seguridad.
La dificultad es que estas fugas no siempre se manifiestan de manera evidente.
Muchas veces permanecen ocultas hasta que generan una avería, un sobrecoste energético o una parada no planificada. Por eso, contar con herramientas capaces de detectar lo invisible resulta fundamental para cualquier responsable de mantenimiento o instalador.
DCM340: un multímetro de pinza todo terreno
El DCM340 es un instrumento versátil que va más allá de la medición de corriente.
Corriente AC/DC hasta 600 A, voltaje hasta 600 V, resistencia y frecuencia (400Hz).
Funciones avanzadas como peak, min/max, REL y data hold, perfectas para identificar fugas pasajeras o corrientes de arranque.
Diseño robusto: certificación CAT III 600 V, resistencia a caídas de 1,2 m y display retroiluminado para condiciones exigentes.
Este equipo se convierte en el aliado ideal para la supervisión rápida y multivariable en campo, ayudando a detectar esas pequeñas anomalías que, si no se controlan, derivan en problemas mayores.
MCC1010: precisión para fugas de corriente a tierra
Cuando el objetivo es ir un paso más allá y medir directamente fugas a tierra, entra en juego la pinza de corriente MCC1010.
Capaz de medir hasta 1.000 A AC con una precisión del 0,3 %.
Diseñada específicamente para detectar bajas corrientes de fuga, incluso en entornos industriales complejos.
Compatible con medidores de tierra Megger (como la serie DET), lo que permite realizar pruebas ART o “sin estacas” sin interrumpir el sistema.
Con certificación CAT IV 600 V y un jaw de 52 mm, asegura versatilidad y seguridad en todo tipo de instalaciones.
Una combinación estratégica
Si bien ambos equipos aportan valor por separado, juntos forman una estrategia completa:
DCM340: supervisión general, rápida y polivalente en circuitos activos.
MCC1010 + medidor de tierra: análisis profundo de fugas a tierra, sin necesidad de desconexión.
De esta manera, el mantenimiento pasa de ser reactivo a predictivo y preventivo, evitando riesgos ocultos, paradas inesperadas y costes adicionales.
Conclusión
Las fugas en baja tensión pueden parecer invisibles, pero sus consecuencias son muy reales. Incorporar instrumentos como el DCM340 y la MCC1010 en los protocolos de prueba permite no solo ganar en seguridad y fiabilidad, sino también optimizar recursos y extender la vida útil de las instalaciones.
¿Quieres dar el paso del desconocimiento al control total? La tecnología ya está en tus manos.
