La corrosión de las instalaciones de un edificio es un fenómeno que no sólo origina pérdidas de rendimiento, fallos de suministro y costes de reparación y sustitución, sino que en muchos casos se traduce en problemas sanitarios derivados de la disminución de la calidad de el agua y los riesgos de proliferación de la legionela.

Cuando la propiedad o una ESE realizan una inversión en las instalaciones de agua de un edificio, es fundamental que se cumplan las previsiones de amortización realizadas, lo que se puede ver comprometido por costes no previstos causados por la corrosión de los acumuladores de ACS.
Para disminuir los riesgos de la legionela en las instalaciones de ACS, se inspeccionarán, limpiarán y desinfectarán los grandes acumuladores anualmente según el RD 865/03. En estas inspecciones pueden detectarse procesos de corrosión activa, ante los que es importante tomar las medidas adecuadas lo antes posible.
Ante acumuladores con procesos de corrosión activos existen dos posibilidades:
1. Rehabilitar los mismos e instalar y mantener correctamente un sistema de protección catódica según la Norma UNE-EN 12.499 que frene el proceso de corrosión y evite la sustitución de los acumuladores.
2. Sustituir por unos acumuladores nuevos que cumplan la Norma UNE 112076 e instalar y mantener un sistema de protección catódica según UNE-EN 12499.
En ambos casos se obtienen las mismas garantías iniciales de 10 años contra la corrosión, ampliable al sustituir los ánodos.
Igualmente, cabe destacar la relación de la corrosión y la eficiencia energética
-paradas y vaciados por la corrosión de tuberías y dipósitos, lo que implica tiempo sin poder dar servicio por la avería, se acumula agua caliente o fría en la alcantarilla y hay un coste de reparación y renovación de la instalación
-se producen pérdidas de carga y disminución de la sección útil por óxido dentro de las tuberías
-disminución de rendimiento de los intercambiadores de calor
Por lo tanto, la corrosión de las instalaciones interiores es un problema de eficiencia energética y sanitario, además de económico. Disminuye la calidad del agua RD 140/03, prolifera la legionela (RD 865/03 y Guía técnica del Ministerio de Sanidad), produce averías y limitación de la vida útil, además de provocar costes de mantenimiento.
Reglamentos
Los reglamentos aplicables para evitar la corrosión de las instalaciones son:
-RITE del 29 de agosto 2007
-CTE de marzo 2006
-RD 865/2003, julio, prevención de legionela
-Guía técnica del RD 865/2003 de julio 2006
-RD 140/2003 de calidad de agua de consumo humano de febrero 2003
Fundamentos de la corrosión
La corrosión es un fenómeno electroquímico en la que se forman zonas anódicas y catódicas en el contacto elécrico entre ánodos y cátodo a través del propio metal. Se forma una pila de corrosión, se establece una circulación de corriente contínua y se producen fallos en el revestimiento. Las pilas de corrosión pueden deberse a la presencia de metales distintos en contacto eléctrico en el mismo electrolito (pila galvánica), por pilas de aireación diferencial por diferente concentración de oxígeno en el electrolito, por heterogeneidades, tensiones y acritud en el metal o por estados superficiales diferentes.
Métodos para evitar la corrosión
El momento más adecuado para actuar contra la corrosión es la fase de diseño, antes de la instalación inicial elijiendo los materiales, las condiciones de funcionamiento y los métodos de protección. Por tanto, el diseño debe ser adecuado, los metales han de ser resistentes a la corrosión (seleccionar un metal noble o pasivable que no forme zonas catódicas en las condiciones de trabajo), los revestimientos han de ser superficiales y la protección catódica correcta (la velocidad de corrosión es interior a 10 micras/año). Hay que evitar la salida de corriente de las zonas anódicas.
Para evitar la corrosión de las instalaciones mecánicas de los edificios el mejor método es seguir las normas UNE 112076 Prevención de la corrosión en circuitos de agua (octubre 2004) y la UNE-EN 12499 Protección catódica interna de mayo 2003.
En las instalaciones existentes cuando sea posible se debe aplicar un tratamiento para el agua en casos favorables y la rehabilitación y protección catódica correcta de acumuladores de ACS oxidados.
